La comida no será una mercancía ni la comunicación un negocio,
porque la comida y la comunicación son derechos humanos.
“El derecho al delirio” de Eduardo Galeano.
Hace poco leí la siguiente frase de Federico Mayor Zaragoza: “la gran tarea ética de las generaciones presentes es escribir el mañana con otros trazos, con otros signos, en otro lenguaje”. Una reflexión que me llevó a pensar en la necesidad de reinventar las reglas del juego para que estas sean más equitativas, más participativas y más justas. Un tablero en el que cada ficha no competimos, si no compartimos en el empeño de llegar a una meta que garantice nuestro presente sin hipotecar el futuro de las siguientes generaciones.